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Las personas que sufren limitaciones de movilidad tienen un alto riesgo de desarrollar escaras o úlceras por presión. Esto se debe a que han de pasar mucho tiempo encamadas o en silla de ruedas permaneciendo en una misma posición durante un largo periodo de tiempo.
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Estas heridas crónicas están muy presente en el colectivo de personas mayores. Quienes a su vez frecuentemente padecen otras patologías, como incontinencia, que pueden facilitar el desarrollo de estas lesiones.
Si desea probar la miel médica, IES Medical ofrece muestras gratuitas, que puede solicitar en este enlace.
Para evitar las úlceras por presión (también denominadas úlceras por decúbito, llagas o escaras) es fundamental adquirir medidas de prevención y dar con un tratamiento satisfactorio. Algo que en ocasiones resulta complicado.
De hecho, se considera un problema de salud pública porque afecta a todos los niveles asistenciales (unos cien mil pacientes al año atendidos) y porque afecta mayoritariamente a personas mayores y dependientes.
Hoy en día hay productos derivados de la miel, que tienen una gran capacidad para la cicatrización de heridas, con ausencia de contraindicaciones, que han demostrado su eficacia para el tratamiento de estas lesiones
De hecho, la miel se ha utilizado para tratar heridas e infecciones desde la antigüedad. Existe constancia de que los egipcios, asirios chinos, griegos y romanos fueron precursores en el empleo de la miel. Actualmente se ha recuperado esta terapia por sus valor medicinal y ha aumentado el auge de la miel como terapia medicinal.
Antibacteriano y cicatrizante
Son varios los mecanismos de acción que la hacen especialmente indicada para el abordaje de estas lesiones, ya que se trata de una sustancia con propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, antioxidantes y desodorizantes. Además, no se generan reacciones adversas como ocurre con los antibióticos.
Por sus características intrínsecas, la miel inhibe el crecimiento de bacterias “bloqueando” a las moléculas de agua. Con esto, las bacterias no tienen agua suficiente para proliferar. Así mismo, tiene acción antiinflamatoria, ya que contiene antioxidantes y se ha demostrado que la actividad antioxidante disminuye la inflamación.
Además, promueve la cicatrización, al aumentar la oxigenación y favorecer el desbridamiento de la herida (eliminación del tejido muerto o dañado para mejorar el proceso de cicatrización).
También, y no menos importante, tiene una acción desodorante, ya que la actividad bacteriana que produce mal olor, queda neutralizada por la metabolización de la glucosa en la miel, que es un proceso inodoro. El mal olor genera un importante malestar psicológico añadido en el paciente.
Productos como los de la gama L-Mesitran están especialmente indicados para el tratamiento de heridas, con excelentes resultados médicos que avalan su uso. L-Mesitran es una innovadora tipología elaborada con miel médica y enriquecida con antioxidantes.
Sus propiedades hacen que al entrar en contacto con la herida se extraiga fluido de los tejidos que la rodean, propiciando un entorno húmedo sanador. Esto estimula el proceso de curación. Además, ayuda a la preparación del lecho de la herida, favoreciendo la epitelización o regeneración del tejido cicatricial. Los resultados son visibles desde la primera aplicación.
Casos reales con resultados contrastados
Esta miel médica está especialmente indicada para el tratamiento de heridas crónicas, como úlceras por presión, úlceras varicosas, arteriales y diabéticas, así como para heridas superficiales y graves, como cortes y abrasiones, y heridas quirúrgicas (postoperatorio). También se han comprobado excelentes resultados en el tratamiento de quemaduras superficiales y de espesor parcial (1er y 2º grado). Además, se requiere sólo una pequeña cantidad para el tratamiento de cada herida.
Hay muchos casos clínicos documentados que ratifican las propiedades curativas de la miel médica, y concretamente las tratadas con L-Mesitran.
Referimos un ejemplo de la evolución de una escara de decúbito por diabetes. Una mujer de 80 años (con diabetes, ACV, e hipertensión) con una salud razonable, presentaba una úlcera de decúbito en el talón izquierdo (fig.1). Esta fue provocada por su ACV y el entumecimiento que tenía como resultado en el pie.
Se aplicó L-Mesitran dos veces al día después de limpiar la herida con una solución salina. Esta fue cubierta con un apósito de gasa absorbente. En aproximadamente cuatro semanas, la herida estaba completamente desbridada y estimulada para cicatrizar en 3 meses ( fig .2 ). La herida no se infectó y no se utilizaron antibióticos, a pesar de las patologías subyacentes.
Esta miel médica ha demostrado su eficacia en otras muchas patologías, incluso para tratar bacterias resistentes a los antibióticos en úlceras diabéticas infectadas, previniendo la amputación
Concretamente, otro caso con seis pacientes con úlceras diabéticas infectadas, de los cuales algunos tenían riesgo de amputación, en los que los tratamientos previos con antibióticos, apósitos de plata y alginato y cierre quirúrgico fueron ineficaces.
La terapia con la miel médica redujo el mal olor en un par de días y controló la infección en 2-3 semanas. También mejoró la cicatrización de las heridas al promover la formación de tejido de granulación, angiogénesis y reepitelización, al disminuir la actividad inflamatoria y oxidativa y proporcionar nutrientes.
Toda la gama de L-Mesitran tiene el marcado CE desde 2002. Este artículo está comercializado en España por IES Medical. Si desea probar la miel médica, IES Medical ofrece muestras gratuitas, que puede solicitar en este enlace.
PUBLICADO EN: GERIATRICAREA